Los investigadores del estrés estudian por qué la sociabilidad es el factor más importante a la hora de reducir el estrés, y parece ser que las personas estamos genéticamente diseñadas para liberar endorfinas cuando el contacto con los miembros de un grupo, al que pertenecemos, es gratificante.
Esto podría ser debido a que, evolutivamente, el contacto estrecho con un grupo produce la sensación inconsciente de protección, una herencia de nuestro pasado ancestral como cazadores-recolectores.
Además de las actividades de ocio, existen otras sencillas medidas que podemos llevar a cabo a diario para combatir los efectos nocivos del estrés.
* Otorgar prioridad a os quehaceres según la importancia y manteniendo siempre la calma. Esto nos ayudará a poner orden en nuestra agenda e impedirá que nos lleguemos a colapsar.
* Parar y realizar respiraciones profundas en los momentos de excitación.
* Realizar una dieta rica en legumbres, cereales integrales, frutos y verduras como la lechuga o espinacas, las manzanas, el aguacate o el pimiento rojo aumentará nuestro ánimo y bienestar.
* Hacer una parada en el trabajo para pasear o salir a comer con algún amigo es otra buena opción que nos hará sentir más plenos.
Mente Sana
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