jueves, 15 de marzo de 2012

INSPIRACIÓN...

"Al llegar al Tibet, una joven pidió prestado un espejo a fin de arreglarse y verse más presentable. A pesar de todos sus esfuerzos, relata lo siguiente: "Nunca olvidaré mi apariencia; algunas de mis amistades no me reconocían". Debido a que había vendido su propio espejo a un monje budista a cambio de un trozo de carne de yack, ella no había pasado el tiempo contemplándose; ahora ni siquiera reconocía su propia imagen. Era una persona diferente, tanto por dentro como por fuera. Durante el trayecto por cadenas montañosas y enormes privaciones, ella se había forjado una profunda convicción; su fe había sido probada y su conversión era firme; había sido refinada en aspectos que el mejor espejo no podía reflejar. La joven había suplicado recibir fortaleza y la había encontrado: en lo más profundo de su alma”.He elegido este cuento budista no de forma casual para comenzar mi reflexión acerca de la “fortaleza espiritual”, donde Siddahartha Gautama (Buda) fundador del budismo enseñó al mundo la posibilidad de liberarse de todo sufrimiento a través del Nirvana (el camino hacia la Iluminación).Así nos muestra que todos los seres humanos tienen el potencial interno de lograr el cese de su sufrimiento y comprender la naturaleza humana.De ahí,que desde mi modesta opinión la fortaleza espiritual sea tan trascendente en su presencia como amenazante en su ausencia.En este sentido, la carencia de toda fortaleza moral interna podría empujar a cualquiera a la búsqueda de sustitutos que le aporten desde fuera el respaldo que no encuentran dentro,el prestado coraje o la falsa seguridad que necesitan para seguir adelante.Demasiadas veces esa alternativa la ofrece una adicción.Cualquiera que sea la droga elegida - alcohol, sexo, trabajo, otra persona…el adicto deposita el poder, la energía o la fortaleza en "eso",de lo cual depende para sentirse bien,no obstante,las adicciones no dan fortaleza,solamente generan la vana ilusión de sentirse fuerte o seguro y terminan, tarde o temprano, destruyendo la poca fuerza interior que quedara en el adicto.Buscar fuera, lo que en realidad deberíamos encontrar dentro nunca es una buena idea.Ésta es la clase de flaqueza interior de la que quisiera hablar.No tenemos que vivir mucho tiempo para descubrir que la vida casi nunca resulta como la planeamos.La adversidad y la aflicción llegan a todos.¿Conoces a alguien a quien no le gustaría cambiar algo de sí mismo o de sus circunstancias? Y sin embargo, estoy seguro de que conocen a muchos que siguen adelante con fe.Uno se siente atraído hacia esas personas,es inspirado por ellas e incluso fortalecido por sus ejemplos.El agua,es símbolo de algo milagroso.Una fuente y agua espirituales que nos limpia y renueva por dentro dejándonos en el corazón un pozo de alegría profunda.Claro que el factor psicológico es muy importante, pero no quiero entrar en ese detalle,no deseo desviar el tema,porque hasta a mí me está gustando escribirlo.¿Pero y la persona pobre de espíritu que no le mueve ningún dogma? Quien nada lo motiva más que una adicción efímera.Son muchos como anteriormente relaté, los estimulados por una ilusoria esperanza,como un sustituto del yo, que cuando se desvanecen,terminan por venirse abajo, por derrumbarse.Entrecerrando puertas cuestiono: ¿cómo salir de ese pozo sin una fuerza interior?......

Publicación compartida de Santos Fernandez

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