domingo, 27 de mayo de 2012

CARICIA



Madre, madre, tú me besas
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...

Si la abeja que entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar...

Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar...

El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tù en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.

Los ojitos que me diste
me los tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...


(Escrito por Gabriela Mistral)


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