jueves, 19 de abril de 2012

AMAR SIN SOMETERSE

Lo que hace al amor más misterioso, deseable y único no es otra cosa que la libertad: somos tan libres para amar como el otro para correspondernos.

Pero, a veces, nos dejamos regir por toda una serie de creencias falsas que limitan nuestra visión del amor y de la vida: si la entrega no es absoluta, nuestro amor no es verdadero si no nos sacrificamos al máximo, no podemos justificar el ser merecedores de afecto... incluso, pensamos que cuanto más necesarios nos hacemos, más importantes y dignos de amor somos.

El siguiente paso lógico del proceso es la frustración, pues sentimos la balanza tan desequilibrada que culpamos al otro y le exigimos, conscientemente o no, que nos dé el aprecio que nosotros mismos decidimos negarnos, una renuncia que el otro nunca nos pidió.

Es más probable que el otro se sintiera atraído por nosotros, entre otras cosas, por la dignidad y el respeto con que nos tratábamos.

¿No es entonces, paradójico este autoboicot?

Para salir de este bucle es preciso recordar siempre que nos aman por lo que somos, mucho más allá de lo que hacemos. Y que el amor incondicional, es incomprensible con cualquier forma de sometimiento.

Y, por supuesto, seamos honestos si desamos recibir amor, cariño del auténtico, entreguemos el nuestro con la misma libertad, sinceridad y respeto.

Vanessa Gil
Terapeuta

No hay comentarios:

Publicar un comentario