Aprender a decir "NO" en ciertas situaciones es el único modo de respetar nuestras necesidades y deseos, y de tomar las riendas de nuestra vida.
Ser una persona complaciente a las exigencias de los demás puede tener ventajas a corto plazo: si nunca se dice "NO", jamás se lleva la contraria a nadie, y se evitan los conflictos. Pero a la larga, sacrificar los intereses personales por los demás puede dar lugar a una agresividad reprimida que se manifiesta en síntomas como:
- Dolor de cabeza o estómago.
- Aumento de niveles de estrés.
La clave es desarrollar un comportamiento asertivo, cambiando las actitudes y pensamientos cotidianos.
Lo primero es tener claro que es lo que uno quiere y atreverse a expresar las propias necesidades.
Lo segundo es aprender a decir "NO" sin sentirse culpable, no ser demasiado complaciente con los demás.
Y para poder realizarlo una técnica eficaz es visualizar e imaginarnos adoptando actitudes asertivas frente a los demás.
NEGARSE CON EDUCACIÓN:
Pedir a los demás:
1,- Claridad en sus peticiones
2.- Diferenciar entre asertividad y agresividad, es esencial
3.- Hacerse valer sus derechos.
Texto extraído de: MENTE SANA
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