Solo hay una diferencia entre ambos dolores, y es que el daño físico es un dolor puntual, que se da cuando ocurre el percance, en cambio, el dolor emocional o social puede perseguirnos durante mucho tiempo.
Es por ello que para evitar herir a los demás debemos ejercitar la empatía.
"Si cuando herimos a alguien con nuestras palabras o actos imagináramos que le rompemos un brazo, nos sería mucho más fácil hacernos cargo del dolor que le hemos causado."
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